El Cristal del Tiempo: Te pienso, por lo tanto, escribo.

Quiero tocar tu mente, tus sueños, tu alma... las palabras luchan a muerte por salir de mi boca y llegar a tus ojos, tus manos, tus labios, tu vientre y tu piel. Son eternas. La tintura del amor.

Errante.

Besos de desayuno, comida y cena. Encontrémonos de frente, en medio del mar. Sales para la piel, no sólo del mar. Escucha como el viento rumorea... voces indistintas, distantes, antiguas; juntos, pues, vibremos en sintonía, besémonos en melodía, conozcámonos en fractales y amémonos sin medida. Combatamos obstáculos a brazo partido por una mirada, por un abrazo... por un cariño. Un ritual al cosmos. Marcas que dejan la piel viva.

Brother in arms fue hace tiempo la consigna. Torpemente no entendida; hoy, vislumbrada a la luz de mediodía, se está tallando una bella escultura. Herramientas regadas y pergaminos quemados cual pétalos de una bella corona. El torbellino cósmico se hace visible a través de la niebla. Convocar al universo siempre deja marca; convocar con fuerza creadora, tatúa la piel. Hemos desnudado el alma, recombinado energía filtrando y purificando. El buen óleo desciende a torrentes, a veces cura, las menos, quema; andamiaje, si así lo quieres, de nuestra pequeña Gran Obra.

Sentémonos en esta alfombra mágica y exploremos los confines del mundo. Perdámonos en la negritud de la mente y salgamos rejuvenecidos. Seamos luz armoniosa y voz disonante, contrastante, muchas veces dudosa y conocedora, por lo tanto, virtuosa. Beso a beso, vayamos a la costa, nademos por el orbe, brinquemos los picos más altos y miremos los abismos más profundos. Platiquemos con los sufis, meditemos con los yoguis, riamos con los monjes tibetanos y serenémonos en los temazcales.

Eres la tierra, yo la semilla; eres la luna, yo el sol refulgente; eres pasivo, yo positivo. Cuando el Universo mismo penetra en mi mente y enfría mi conciencia, claramente escucho ese rumor lejano... lenguas extrañas que bailan con las olas rompen cósmicamente en el maldito Arrecife. Que me salve tu abrazo. ¡Despierto! Tu voz resuena entre mis sábanas. Miro con miedo; no estás. Evanescente. Resuelvo regresar a mi sueño. "Despierto" con tus besos. Renovada felicidad.